sábado, 16 de agosto de 2008

Aniversario del fallecimiento del General Don José de San Martín

EDUCACION
Hoy queremos rendirle un justo homenaje al Padre de la Patria, el Santo de la Espada, el Libertador de América, al arquetipo de nuestra nacionalidad. ¡Cuántos calificativos para un grande!...el más grande de los argentinos.
Imagen: Estatua del General San Martín en la Plaza 25 de Mayo de la Ciudad de Corrientes. Foto: Adolfo Cristian Farizano.
Si hay un prócer que nos identifica, ese es José de San Martín, el Libertador. No es casual que en la enorme mayoría de los pueblos y ciudades de nuestra Patria, la avenida principal lleve su nombre. El día del Aniversario del su fallecimiento, es propicio para repasar los aspectos más destacados de su vida, obra y pensamiento.
Su vida, no es tan solo para ser contada, sino para ser imitada, para que sirva de ejemplo y para que desde el fondo de nuestra historia, siga guiando a millones de argentinos.
Nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, provincia de Corrientes. Allí, en ese tranquilo lugar rodeado de naturaleza, pasó su infancia, acunado por las canciones de su niñera india Rosa Guarú. Siendo muy niño, con sus padres y sus cuatro hermanos, se trasladó a España donde se educó y aprendió un poco de todo, latín, francés, castellano, dibujo, poética, retórica, esgrima, baile, matemáticas, historia y geografía, y en Regimiento de Murcia donde ingresó como Cadete, todo lo necesario para la formación de un soldado.
San Martín fue el hombre de una causa, de ahí su extraordinaria grandeza. Nos asombra su vida ejemplar, su visión estratégica, sus conocimientos, su ingenio, toda esa grandeza de carácter equilibrado y firme que se perfiló durante toda su vida.
En 1812 renuncia a su carrera militar en España y regresa al Río de la Plata para ponerse al servicio de su Patria, con todas sus esperanzas, 34 años por estrenar y el grado de Teniente Coronel.
Por aquellos años parecía que la causa de la Patria estaba perdida…era como si el sol de la libertad se hubiera eclipsado. Empezaba a reinar la anarquía, los caudillos comenzaban a asomarse, Chile y el Alto Perú en poder de los realistas, Paraguay fuera del virreinato, Uruguay ante la amenaza de una invasión portuguesa. En España se preparaba la más grande expedición que arribara hasta ese momento a estas tierras. Buenos Aires mantenía prendida la llama de nuestra independencia, el resto de América probablemente no creía en la posibilidad de nuestra libertad.
La empresa de San martín era como una quimera inalcanzable.
Pero no todo era política en la vida de nuestro héroe que pronto fue incluido en la lista de invitados de las tertulias porteñas, para la chicas casaderas era un buen partido y para el resto era un personaje interesante con muchas anécdotas y relatos de su vida militar. En casa de los Escaladas, conoció a Remedios, “esa mujer me a mirado para toda la vida “ le confesaría luego a un amigo. Se casaron el 12 de septiembre de l812. Años más tarde nacería su hija Mercedes, la que lo acompañaría durante toda su vida.
En Mendoza emprendió el trabajo que solamente realizan los grandes de corazón y los grandes de ingenio. El y los hombres que dieron todo por la patria, levantaron un ejército conformado por pobres paisanos, hoy recordados como soldados desconocidos de la independencia.
No fue solo tarea de hombres, también mujeres con vocación patriótica de servicio ayudaron al padre de la patria en la campaña libertadora de Sudamérica, apoyándolo con su labor femenina para el logro de la libertad y la independencia.
Las damas mendocinas y su esposa, participaron desde su lugar en la tarea libertadora y por ello consideramos que la mujer puede actuar en las grandes empresas de la historia.
Con gran maestría logró parar al enemigo en el norte, transpuso los andes y triunfó en Chacabuco y Maipú. Después el Perú y más allá el renunciamiento.
San Martín fue un ejemplo de sacrificio y desprendimiento. Rehusó todo tipo de honores, poder, y tentaciones del dinero. Cuando advirtió que su tarea había concluido, se retiró definitivamente de la vida pública a cambio de nada.
Venció al enemigo y se venció a si mismo. Su renunciamiento lo hizo grande entre los grandes.
No necesitamos ir a buscar ejemplos ni imitaciones. Tenemos en nuestra historia una de las páginas más puras que la humanidad ha producido hasta nuestros tiempos. El General San Martín, allá en los Andes, hace más de ciento cincuenta años, dejó para todas las generaciones la gloria y la forma de alcanzarla.
Nota: Al entrar un nuevo artículo, el que estaba a la cabeza cambia el tamaño de las fotos y los artículos que pasan a segunda página se quedan sin fotos. Los artículos más antiguos serán eliminados del Blog y guardados en un archivo histórico de este Blog. Esto se debe a que se quiere tener liviana la página.

No hay comentarios: